Proviene del griego que hace descripción de lugar y grafía del sufijo. Se define a la topografía como disciplina y parte de la retórica que detalla o describe los procedimientos y un análisis de principios de un espacio. Con similitud gráfica terrestre, natural o artificial, vinculada a la topotesia que da lugar una descripción idílica.
A parte de la figura literaria, la topografía tiene una característica en otras ramas como la proyección gráfica de relieve. Que se asemeja a la manera de como el autor describe en el texto el lugar o el espacio donde desarrolla todo un campo visual.
Topografía ejemplo
El lugar era sereno, y florido. El sol se ahogaba en el horizonte, en un cielo inflamable, las lomas cubren la tierra de ese dragón de fuego. Un arcoíris salía de su boca, en cada pisoteada se estremecía las nubes.
“Aquel lugar” Leander.
En este ejemplo de topografía, el inicio hace referencia a ese espacio tranquilo, la gama de colores presente en el texto como el naranja, azul, y verde. La oscuridad es el punto referente, porque a partir de allí, es que comienza a darle forma a esa descripción que la oración nos ofrece.
Ahora bien, el espejo de agua o el cuerpo de agua presente es el mar que se presenta como elemento de la oración. Desde allí se refleja todo el lugar, donde observamos el espacio florido y el verde de los árboles y el suelo.
Todo cuanto Leander ha descrito en su verso, está lleno de metáforas. Por lo que podemos decir, que la topografía está presente y puede ser usada por cualquier otra figura retórica.
Otros ejemplos de topografía
Ejemplo 1
En el horizonte se veía una calle interminable que llegaba hasta el cielo. De todo lo que había alrededor, lo que más atrajo mi atención fueron los prados verdes que se extendían lado a lado y esos pequeños árboles que ya tenían algunos frutos en sus ramas.
De pronto noté que a mi izquierda aparecía una montaña que se hacía cada vez más grande conforme avanzaba y en su cima, una corona de nubes que se disipaba para mostrar los primeros rayos de sol.
Ejemplo 2
Al final del camino yacía la cabaña que solíamos usar cuando queríamos alejarnos de la ciudad. Delante de ella corría un río de agua cristalina que se unía y entrelazaba entre las rocas.
Pero en el fondo, se levantaban los pinos como grandes pilares verdes y frondosos, abriéndose paso entre un bosque denso se inigualable belleza. Todo parecía que había sido puesto cuidadosamente, incluso la cabaña se encuentra en centro de aquel lugar lleno de historia y magia.
Ejemplo 3
Como todas las mañanas salía a dar un paseo en el bosque, era un lugar llenos de calidez y que se veía más joven de lo que parece. Mientras me adentraba, los árboles se extendían a mí alrededor mostrándome un camino oculto que me llevo a un puente que nadie sabía que estaba allí.
Debajo de mis pies, la madera aun firme tocaba el agua entre las brumas. Era como un túnel hacia lo desconocido cada vez más hermoso. Al final, se veía como se habría un camino bañado de luz y una especie de costa, tal cual un paraíso virginal.
Ejemplo 4
Había visitado muchos lagos en mi vida, pero este, es el más hermoso de todos. Sus aguas trasparentes dejaban ver lo que había en su interior. Miles de peces nadando entre algas y rocas se encontraban.
Levanté mi mirada y vi cómo se extendía el paisaje lleno de árboles que parecían tocar el agua y el cielo. Y sobre este, montañas imponentes vestidas de blanco y que desde la tierra, se veía a las nubes acariciar sus cumbres.
Ejemplo 5
En la casa donde crecí había un jardín comparable con un vivero. Mi madre acostumbraba a sembrar flores de todo tipo, que en primavera adornaban la fachada de mi hogar. Desde la acera hasta el pórtico se podía ver una alfombra verde. Es grama siempre estaba bien cuidada y fue allí, donde di mis primeros pasos.
Las flores estaban sembrada al alrededor de la grama y se podía ver como los botones se comenzaban a formar. Había tulipanes, algunos jazmines, margaritas y caléndulas. Las rosas eran rojas blancas y azules. Pero las preferidas de mi madre siempre fueron las verbenas, por ello tenía una de cada color sembrada en el jardín.
Ejemplo 6
En mi juventud lo único que quise fue recorrer el mundo. Eso me llevó a lugares maravillosos nunca antes imaginado. Pero lo que llamó mi atención fue aquella ciudad adornada por un valle verde y colorido. Un río que venía de la montaña y un lago en donde sus habitantes solían pescar los domingos.
Parecía que se había quedado en el tiempo, pues sus calles aun eran de piedra y sus casas con un aire colonial adornaban la ciudad. Su catedral era como sacada de los cuentos de hadas que vemos en los libros. Con una cúpula alta y dorada, con esculturas y pinturas religiosas hechas a manos por los propios habitantes del lugar.
Ejemplo 7
Entre la basta selva se escondía un paisaje abundante en vida silvestre. Del mismo modo en que las flores crecían desde el suelo, los animales guardaban con recelo sus hogares. Lo más impresionante era aquel lago que parecía no tener fin y desde las montañas, se podía ver como caía el agua para desembocar en él.
Aunque en la parte más densa de la selva todo parecía estar bañado en penumbras, el sol ardiente iluminaba la cima de los árboles dejando ver el camino hasta aquel valle mágico. El esplendor de todo aquello, era enaltecido con el calor de los rayos del sol. Se podía sentir como la paz abundaba en aquel lugar que para muchos, era aún desconocido.
Ejemplo 8
Un día mientras caminaba decidí sentarme en la parada del bus y solo quedarme allí para ver los coches pasar. Era la época más fría del año, pero aun así solo eso quería hacer. De pronto una amable señora que conducía apacible lanzó su mirada hacia mí. Su coche era blanco como el día más cálido en verano.
Tenía manijas negras en su puerta y aunque no era el modelo del año, estaba muy bien conservado. Lo sé, porque tras una hora de estar allí sentado, la misma señora condujo un par de veces justo donde yo estaba.
Ejemplo 9
Durante una aventura de verano, mis pies descalzos llegaron a una playa que brillaba tanto como el sol en el cielo. Se podía ver una gran extensión de agua y una costa repleta de arena blanca humedecida por el vaivén de las olas.
Todo el lugar era un edén verde, vigoroso y lleno de palmeras que podían dar sobra a cualquiera. En el horizonte, había pequeñas islas frondosas. Es posible que algunas solo sean rocas ennegrecidas por el salitre. Aun así, todo era hermoso, el paisaje perfecto para encontrar paz.