Es la expresión exagerada para respuestas breves de una determinada pregunta. El laconismo forma parte del vicio de la literatura, al producirse la comprensión por parte del emisor o receptor al momento de producir sus palabras.
Por otra parte, la palabra laconismo como el resto de las palabras proviene del griego lakonicos. Una terminología originaria de la región de Laconia. Los lacónicos acostumbraban a responder cualquier pregunta de forma clara y concisa, de allí su definición.
Laconismo en el periodismo
Cuando se habla del laconismo en sí, se refiere a una expresión poco conocida dentro de la lengua española. Pero que sin lugar a dudas, se emplea en algunos ámbitos de la comunicación bajo su sinónimo más directo como hablar claro, es breve, conciso, exactitud y otros conceptos.
Por lo tanto, una persona lacónica es aquella que se expresa con exactitud, no usa largas extensiones de palabras ni se excede al dar su punto de vista. Cabe destacar que el laconismo es muy común verlo en conversaciones de índole formales al igual que en el ámbito periodístico.
En este sentido, la expresión periodística se caracteriza por informar de forma precisa un hecho, historia o acontecimiento. Dependiendo del medio empleado, debe presentar la información con una amplitud que esté acorde.
Por lo general, se recurre a la presentación en pequeñas dimensiones, pero que contengan la información detallada. Es decir, de forma muy breve y concisa se comunica y se destacan los hechos ocurridos en un determinado contexto.
Ejemplos de laconismo
- En un diálogo común:
– ¿No te parece que los estudiantes deben estudiar para poder construir una sociedad productiva?
– Estoy de acuerdo.
– ¿Qué opinas al respecto?
– Ya te lo he dicho.
– ¿qué te pasa, estás molesto?
– No
– ¿Por qué me hablas así?
– ¿Así cómo?
- También posee un lenguaje infantil:
– Hola ¿cómo te llamas?
– Mathias
– ¿y que edad tienes?
– Seis
– ¿y estás contento de estar aquí?
– Sí
Otros ejemplos de laconismo
- ¿Por qué es tan difícil entenderte? ¿Sabías que tienes que hablar más con los demás y dejar de guardarte todo? A veces siento que no tienes nada en la cabeza. – Soy así.
- ¿Puedes traerme uno de los baldes que hay en la cochera? – Está bien. – ¿Por fin fuiste a tu cita con el doctor? – Si.
- ¿Te gustaría hace algo diferente el fin de semana? – Puede ser.
- ¿No te has dado cuenta que tu actitud a veces molesta? – Si. – Actúas como si siempre estás molesto ¿Por qué eres así? – ¿Cómo así?
- ¿Por fin fueron al cine después de clase? – Si. – ¿Qué tal estuvo la película? – Bien. ¿Pasó algo más? No.
- ¿Fuiste a recoger las evidencias del crimen? – Sí, señor. – ¿Encontraste algo fuera de lo normal? – No, señor. – ¿Qué pasó con las muestras de ADN? – Son inconclusas.
- Las mañanas se van volando. – Cierto. – Es como si el tiempo se acelera de repente. – Aja.
- ¿Y si salimos a dar una vuelta por la ciudad en la noche? – Está bien. – Quizás podríamos cenar fuera. – Ok.
- Deberías tomar más en serio tus responsabilidades. – ¿Por qué? – ¿No te das cuenta que tu estilo de vida no es aceptable? – Así soy.
- Papá ¿puedo quedarme esta noche en casa de Camila? – No. – Es que queremos ver películas y mañana ya es fin de semana. – Ya hablé.
- Esta mañana marcharemos hasta las murallas de la ciudad. – Sí, señor. – No podemos permitir que el enemigo destruya el reino. – Sí, señor. – Todos deben estar listos para pelear. Sí, señor.
- Alejandra, ven un momento. – Aquí estoy. – ¿Puedes preparar todo para la junta? – Si. – Necesito que lleves un registro escrito de todos los puntos que mencionemos hoy. – No hay problema.
- Niños, ¿recuerdan la clase anterior? – Si, maestra. – ¿Alguien puede decirme de qué hablamos? – La fotosíntesis. – ¿Hicieron el germinado? – Si, maestra.