También conocido como Marco Antonio el Triunviro. Nació el 14 de Enero del año 83 a. C. en Roma en el seno de una familia patricia. El padre fue Marco Antonio Crético hijo a su vez de otro político del mismo nombre, Marco Antonio “el Orador”. Su madre, Julia, era hermana del consular Lucio Julio César.
Su padre murió a una temprana edad, dejando a Marco Antonio, junto con sus hermanos Lucio y Cayo, al cuidado de su madre, Julia, quien se casó después con Publio Cornelio Léntulo Sura, un político acusado de estar involucrado en la conjura de Catilina.
Marco Antonio. Edición por Escueladeletras.com. Original por Marc Arcis a través de Wikimedia Commons.
Debido a la ausencia paterna que Marco Antonio tenia, paso su vida en Roma vagando por las calles, embarcándose en una juventud rebelde y despreocupada, entregándose a la bebida e involucrado en escándalos amorosos. llegó un momento en el que Marco Antonio tenía grandes deudas, las cuales las asumió su amigo Escribonio Curión.
Asimismo, hacia el año 59 a. C. entró en contacto con el círculo del polémico Publio Clodio Pulcro y sus focos agitadores callejeros.
Entrada a la vida militar
Antonio huyó a Grecia hacia el año 58 a. C. para escapar de sus consignatarios. Formándose para participar en la campaña contra Aristóbulo de Judea, donde obtuvo su primera distinción militar por ser el primero en embestir una defensa judía.
A continuación en 55 a. C. participó en la campaña militar de Gabinio para restablecer en el trono de Egipto a Ptolomeo Auletes, aquí demostró su talento como ecuestre destacando por su valentía y coraje en la toma de Pelusio. En esta ocasión fue cuando conoció Egipto, Alejandría y a la princesa Cleopatra.
Tras una juventud disoluta, entró al servicio de su tío Julio César durante los años 54 y 50 a.C. a quien ayudó a imponerse sobre la oligarquía romana. Desde el año 48 a.C. gobernó Italia recibiendo el cargo de cuestor, augur y tribuno del pueblo, mientras César proseguía la lucha contra Pompeyo en África.
Por este motivo Cicerón ordenó su ejecución, lo que originó la enemistad entre Antonio y el célebre orador.
Cónsul
En el año 44 a.C. fue nombrado cónsul y promovió la restauración del poder monárquico en la persona de César, quien fue asesinado ese año otorgándole el control de la ciudad a Antonio.
Mediante la Lex Titia, aprobada por la Asamblea el 23 de noviembre de 43 a. C. Los triunviros tuvieron reconocimiento oficial, la cual otorgaba implícitamente todos los poderes a éstos durante un periodo de cinco años.
Junto al general romano Marco Emilio Lépido, formaron el Segundo Triunvirato. En el año 42 a. C. lograron vencer a los asesinos de Cesar, Marco Junio Bruto y Cayo Casio Longino.
Amante
En el transcurso del mismo año, Marco Antonio se dirigió a las provincias orientales para pacificar otra revuelta acaecida en Judea. Con el plan ideado previamente por César, de atacar al Imperio Parto, solicita a la reina de Egipto, Cleopatra, una reunión en la que ella le expuso su negativa para ayudar al triunvirato en la guerra civil.
Marco Antonio se enamoró, tras lo cual ambos se convirtieron en amantes y regresó con ella a Egipto en el 41 a.C. En el año 40 a. C. nacieron sus hijos mellizos Cleopatra Selene II y Alejandro Helios.
Casamiento
En octubre de 40 a. C. Antonio, intentó fortalecer sus relaciones con Octavio, casándose con su hermana Octavia, con la cual se había comprometido con el fin de promover la alianza, siendo ella una mujer hermosa e inteligente, que había enviudado recientemente y tenía tres niños de su primera unión.
Con un objetivo militar en mente, Antonio en el año 39 a. C. se dirige hacia Grecia con su nueva esposa, donde allí se comportó de la manera más extravagante, asumiendo las condiciones del dios Dioniso.
Sin embargo sus planes fueron nuevamente frustrados, ya que el hijo de Pompeyo hizo que el ejército prometido a Antonio en su campaña oriental tuviera que permanecer en Italia.
Ello tuvo como consecuencia que se necesitara la ayuda de Octavia para firmar un nuevo tratado en Tarentum en el año 38 a. C. Gracias a ella el triunvirato fue renovado de nuevo en 33 a. C. por un nuevo periodo de cinco años, volviendo a prometer Octaviano el envío de nuevas legiones a Oriente.
Vuelve la inigualable Cleopatra
Sin embargo, Antonio decidió dejar a Octavia en Roma, embarazada de su segunda hija y navegó hacia Alejandría, donde se reunió con su antigua amante Cleopatra, madre de sus dos hijos mellizos, quien le prestó el dinero necesario para reunir un ejército con el que emprender la campaña.
Marco Antonio se separó de la hermana de Octavio, y trató de establecer un reino helenístico propio en el Mediterráneo oriental. Posteriormente regresó a Egipto prosiguiendo su vida con Cleopatra, decisión que Octavio utilizó para provocar la indignación del pueblo romano contra él.
Juntos expandieron sus dominios conquistando Armenia en el año 34 a.C. Sin embargo, Octavio, entre los año 32-30 a. C. decidió lanzarse a la conquista de Oriente desencadenando la Guerra Ptolemaica.
Muerte
En el año 31 a.C. sus fuerzas de la flota egipcia fueron derrotadas por las de Octavio en la Batalla de Actium. Marco Antonio asediado y bloqueado por las tropas de Octavio en Alejandría y con la creencia de que Cleopatra se había quitado la vida previamente, se suicidó el 1 de agosto del año 30 a. C., arrojándose sobre su propia espada, y aún con vida, en su lecho de muerte fue llevado ante su amante, muriendo en sus brazos.
Poco después, ante la deshonra que presumía desfilar encadenada en el triunfo de Octaviano, Cleopatra decidió seguir el camino de su amante y se suicidó, según la tradición, mediante la muerte ritual por mordedura de áspid.
Marco Antonio murió siendo conocido como un político y general romano del periodo de las guerras civiles, defensor del Triunvirato.
‘’Su liberalidad y el no dar con mano encogida o escasa para socorrer a los soldados y a sus amigos fue en él un eficaz principio para el poder, y después de adquirido le sirvió en gran manera para aumentarlo, a pesar de los millares de faltas que hubieran debido echarlo por tierra con sus distracciones. No cuidaba de dar oídos a los que sufrían injusticias, trataba mal a los que iban a hablarle, y no corrían buenas voces en cuanto a abstenerse de las mujeres ajenas’’ Plutarco.