En retórica, la metáfora visionaria o también conocida como metáfora de la imagen visionaria es aquella en donde el reconocimiento de una palabra real con otra que es imaginaria se da por medio de una base emotiva y subjetiva más que objetiva.
En tal sentido, las palabras que se comparan no poseen similitudes entre sí en cuanto a la lógica se refiere. En otras palabras, dentro de la metáfora visionaria a simple vista ninguna posee nada en común.
Este tipo de metáfora es muy peculiar, ya que el orador recurre al sentido emocional que tiene para él, aun y cuando al receptor le parezca absurdo.
Ejemplos de metáfora visionaria
- El pequeño que sepultamos en el amanecer se lamentaba tanto, que tuvimos que incitar a los cachorros para que hiciera silencio.
- Odio comer pasas, por eso me comprare un kilo, para comerlas luego de almorzar.
- Me duele tanto la cabeza, que lloro de felicidad.
- Me encanta ver mi casa sucia, por eso paso el cepillo todos los días.
- No me gusta la playa, por eso, en las próximas vacaciones, me iré a pasar unos días a la costa.
- Arroje mis palabras como si fueran piedras; sin embargo, sus ojos melancólicos las hicieron polvo en el viento.
- Luego de aquella interminable cena, vino a sus recuerdos aquel amor tranquilo que le genero a los dos un residuo de debacles.