La metáfora continuada o también conocida como metáfora superpuesta es aquella en donde existe una relación entre una metáfora ya establecida y otros conceptos que le son atribuidos.
Por otra parte, la metáfora continuada permite realizar aportes a la técnica del surrealismo ya que permite la alusión de las edades del ser humano.
Este tipo de metáfora tiene la siguiente configuración R es [I1; I1 es I2; I2 es I3; I3 es] I4 recordando que “R” es el término real e “I” el imaginario.
Ejemplos de metáfora continuada
- Las golondrinas habitan tus labios. Tu sonrisa son joyas de nácar; las joyas de nácar son pétalos de rosa: los pétalos de rosa son flancos de colibrí.
- Si la pubertad es el esplendor de la vida, la sabiduría es el verano y la senectud, el chubasco.
- Tus ojos dos luceros del cielo. Tu rostro es porcelana fina; la porcelana fina es un diamante de cuarzo rosa: el cuarzo rosa son flamencos en la ladera de un río.
- Tu cabello azabache luminoso. Tus manos son delicada ceda; la delicada seda en un manto de espiritualidad: el manto de espiritualidad son suspiros de amor eternos.
- Gotas de algodón brotan de boca. Tus palabras son lluvia fresca del cielo; la lluvia fresca del cielo es manantial de alegría: el manantial de alegría son bendiciones de lo alto.