En literatura, el asteísmo es un recurso perteneciente al grupo de las figuras de ironía, cuyo objetivo es simular críticas cuando realmente lo que se busca es elogiar de manera más elegante. La palabra asteísmo proviene del latín asteismus y el griego asteismós.
Por otra parte, es la más refinada forma de ironía de un grupo de nueve tipos diferentes que hay en la actualidad. Siendo la más popular la que conocemos como sarcasmo.
La ironía juega con el pensamiento del hombre, pues puede llegar a ser tan imperceptible por quienes la presencian. Aun y cuando reflejan lo que realmente se está pensando, y sin lugar a dudas puede ser hiriente o burlona.
Ejemplo de asteísmo
- Decirle a un buen cocinero “le falto sal”
- Decirle a buen docente “te falta experiencia”
- Decirle a una persona sensible “no tienes sentimientos”
- Tiene la creencia de que es hermosa y de paso no lo oculta.
- Tiene una mirada acusadora capaz de hacerte revelar todos tus secretos.
- Decirle a un banquero “tienes efectivo”
- Tú serás mi acusadora, mi baladista cantando la mejor de las canciones de amor cuando estemos frente al juzgado.
- No hay nada más liberador que sentir que todos te odian por lo que eres y te aman por la misma razón.
- Decirle a un arquitecto “esa pared esta desnivelada”.