Como figura retórica dentro de la literatura, el anticlímax permite enumerar una cantidad de ideas que a medida que van apareciendo carecen de importancia dentro del párrafo o narración. Este recurso forma parte de las figuras literaria de gradación, permitiendo ordenar de manera ascendente o descendente cada uno de los conceptos expuestos.
El anticlímax es empleado en la narrativa para concluir de manera positiva una expresión o exposición negativa. Suavizando el contexto de la misma o simplemente, para dar un toque de humor o burla a la misma contrarrestando el final que se espera. Es lo contrario al clímax.
Ejemplos de Anticlímax
- Lo esperaré el tiempo que sea necesario, una hora, un minuto, un segundo, un instante.
- Así ha trascurrido mi vida, no hay nombres, no hay fechas, no hay historias.
- Y como no amarlo si roba mi atención, mi mirada, mi aliento, mi sueño.
- Fuiste una tempestad de pasión y nos quedamos al final como la triste nada.
- Volvamos a ser lo que una vez fuimos ardamos de pasión y no dejemos que nuestras brazas se conviertan en polvo y olvido.
- Solo tres cosas pido a Dios vida, salud y fortaleza.
- Seres todo y nada, porque nada y todo, y todo y nada son al final la misma infinita cosa.
- Oro, plata y bronce así valorizo lo que soy para ti.