En la literatura, la personificación también conocida como prosopopeya es una figura retórica que ha sido utilizada para atribuirle cualidades, inherentes a los seres humanos, a otros seres. Como son los animales u objetos inanimados.
Todo ello, con la intención de que las acciones propias de las personas se vean reflejadas en animales o cosas. Que vienen a actuar, tal como lo hace un hombre o una mujer en la realidad.
La prosopopeya se ha aplicado con mucha aceptación por parte de los niños en lecturas y cuentos infantiles. De allí que existen cuentos, fábulas, mitos y otras historias cargadas de este recurso muy educativo. Valorado también, por dejar moralejas en personajes apegados a la moral y buenas costumbres.
Origen del término
Etimológicamente hablando, la palabra prosopopeya proviene del griego “prosōpopoiiā” de “prosōpon” (persona, cara) y “poiein” (realizar).
Por requerir de la construcción de parlamentos y diálogos, está enmarcada dentro de las figuras de pensamiento. Ya que, requieren de razonamientos lógicos que puedan presentar a un elemento de la realidad con vida y acciones humanas.
Características de la prosopopeya
- La prosopopeya se auxilia en la descripción.
- Tiene capacidad de dar vida a lo inanimado.
- Es utilizada en narraciones infantiles y en las novelas.
- Es muy utilizado en las caricaturas.
¿Para qué sirve la prosopopeya?
Generalmente, la prosopopeya es utilizada para enriquecer los textos narrativos y la poesía. Los escritores, en diferentes épocas la han utilizado también, con intención didáctica y moralizante. Esto se debe, a que sirve para formar, sobre todo en los niños, valores y principios que se ven reflejados en los personajes personificados.
De allí el uso combinado de personificación o prosopopeya con la moraleja. La cual, es un aprendizaje que se obtiene, generalmente, donde los animales hablan entre sí, sobre las mejores formas de actuación y de convivir sanamente.
Ejemplo:
Cuando el burro entró al aula, todos los animales le respondieron el saludo, él ese día explicó a los pájaros, a los patos y a los sapos lo importante que era el saludo. Además de ello, les asignó como tarea que escribieran normas de cortesía.
Uno de los pájaros le dijo al burro: maestro, ¿El saludo es una norma de cortesía verdad?, él le: si, el pato dijo: maestro ¿dar las gracias también significa ser cortés? El respondió: si mi querido pato…
Ejemplos de Prosopopeya
- La estación del ferrocarril lloró tu partida, Los vagones te dijeron adiós tristemente.
- El sol se despidió con una sonrisa mientras la noche nos hablaba de pasión.
- Cuando el pájaro me contó tu pena, ya las mariposas te calmaban con su canto.
- El cielo abrió sus ojos y con una sonrisa nos recibió aquella mañana.
- El árbol con sus manos, le tejió las clinejas a la niña.
- Clama la guitarra desde su oscuro encierro.
- Aquella tormenta que no dejaba de llorar.
- La noche despertó bajo una lluvia de estrellas.
- ¿Cuándo volveré a estar a tu lado? Decía la hoja al árbol.
- El viento que hablaba sin descanso durante el día, durante la noche.
- Bailaban las luciérnagas mientras la luna la alumbraban.
- El antiguo roble lloraba sin cesar al ver que nadie reposaba en sus raíces.
- El reloj que cantaba las horas y controlaba el pasar del tiempo.
- El ave soberbia alardeaba y pregonaba todas las cualidades en su haber.
- El fuego creció y voló por los cielos, gruñendo y adolorido de adentro en la selva.
- La noche oscura reclamaba a la tormenta que hiciera silencio para poder descansar.
- El coche apurado rugió porque se le hacía tarde para llegar al trabajo.
- Aquel árbol enamorado de las caricias que le da el viento.
- La fuente piensa lo duro que es ver a la gente sentarse a sus pies.
- Aquellos delfines gritan con alegría por la llegada del nuevo miembro de la familia.
- Sitió frío y nadie lo abrigó, lloraba el banco de la plaza al darse cuenta de su soledad.
- La muerte tétrica con voz profunda esperaba sentada al último aliento de aquel moribundo.
- Ya viene la tormenta anunció el viento a todos los animales que tenía cerca.
- El cielo temeroso se escondió de la irá de los truenos.
- “Llegó la primavera” decían los capullos que comenzaban a abrirse.
- El tendedero se mecía para arrullar las prendas que en él descansaban.
- La pluma apuntó con detalle lo sucedido en la ciudad.
- Los girasoles juguetones corren alegremente tras los rallos del sol.
- Las nubes bañando a la tierra están.
- La cama que con dolor se queja cada noche.
- La muerte acechante buscaba incansablemente a su víctima que sigilosa sabía esconderse.
- Sola la soledad moría de frio un día, pero el sol benevolente la arropó con sus rayos hasta que encontró un lugar en donde morar.
- La tristeza que por mucho años amó a la luna en silencio, un día pudo ver una sonrisa que iluminó su noche.
- Aquel camino añejo y agotado, se quejaba de la vida al ver la gente pasar.
- Las nubes bailan alegremente mientras llega la tormenta.
- El bosque dormía tan solitario y profundo, como si ya le pesaran los años.
- Aquella estrella solitaria salía en busca de su hermana que un día dejó de brillar.
- La cascada presuntuosa un día decidió cantar en compañía de las aves que a los árboles iban a deleitar.
- El piso de madera que a todos veía pasar, ya cansado del escándalo, sus tablas hiso rechinar.
- Los árboles enamorados del viento están y bailan junto al él cuando pasa a acariciar sus ramas.
- Las olas con furia golpean la orilla de la playa dejando atónitos a todos los presentes.
- Que sombra tan insistente que ni cuando es necesario estar solo, se quiere marchar.
- Vibran las cuerdas con el roce de los dedos, vibran mientras cantan, vibran mientras sueñan.
- Canta la flauta melodías de amor para su amado.
- El reloj se muestra impaciente al ver lo tarde que ya es.
- Las rosas se han vestido en primavera para celebrar el nacimiento de sus botones.
- La noche con su tristeza se ha marchado para que el día comience a sonreír.
- Llora, llora la soledad porque le teme a la oscuridad.
- Con suaves caricias, el árbol acuna a sus frutos antes de ir a dormir.
- Los bosques serenos esperaban ansiosos la llegada del roció para calmar la sed de sus ramas.
- ¡Corre, corre! Gritaba el viento mientras huía de la tormenta.
- El amor tocó a la puerta, nadie abrió, pero aun así se quedó para llenar de alegría el lugar.
- El dolor sigilosamente entró en el corazón para hacerle compañía mientras lloraba.
- Un día la locura salió a correr y mientras todos se escondían ella no podía parar de reír.
- Un visitante inesperado llegó sin aviso, era la muerte que decía “vine a hacerte compañía en tu último suspiro”.
- El tizón cabizbajo sintió el soplo del viento, de pronto las llamas se aferraron con fuerza a los troncos que aún quedaban en pie.
- La guerra entró a la ciudad anunciando la llegada del enemigo.
- Si no sabes a dónde ir, ve hasta el faro que él te mostrará el camino.
Ejemplo en la poesía de Gustavo Adolfo Bécquer, Rimas
La ciudad era rosa y sonreía dulcemente. Todas las casas tenían vueltos sus ojos al crepúsculo. Sus caras eran crudas, sin pinturas ni afeites. Pestañeaban los aleros.
Apoyaban sus barbillas la una en los hombros de las otras, escalonándose como una estantería. Alguna cerraba sus ojos para dormir y se quedaba con la luz en el rostro y una sonrisa a flor de labios. (Leopoldo Alas, «Clarín». La Regenta).
